La galleta Oreo se creó a principios de siglo, en la ciudad de Nueva York. Su diseño actual se debe a Wiliam A. Turnier, un ingeniero que trabajó durante gran parte de su vida en el sector alimentario. Su forma está constituida por dos galletas circulares de chocolate, seguro que la mayoría las conocéis. En principio estaban rellenas de crema de vainilla, pero más tarde se añadieron otros ingredientes, como el dulce de leche. Esta mezcla de sabores es sin duda uno de sus mayores atractivos. No en vano, este sándwich, como popularmente se le conoce, ha llegado a distribuirse en zonas tan dispares como México o Indonesia.
Por eso, preparar un helado de oreo puede ser un modo original de sorprender a sus invitados. Su elaboración es sencilla y rápida: no lleva más de quince minutos y el resultado es tan apetecible que te aseguro que no quedará ni uno!
Lo primero es vaciar el relleno de tus Oreo con un poco de paciencia. Para rellenarlas necesitas una cuchara y helados de varios sabores; fresa, chocolate, vainilla.
Una vez las hallas rellenado sólo tienes que decorarlas con virutas, almendras o lo que más os guste.
Para adornarlo, se puede colocar el resto de las galletas en forma de media luna sobre el helado, o bien trocearlas y extenderlas sobre la superficie. Un decorado atractivo es otro de los requisitos esenciales en la preparación de cualquier postre.
El helado de oreo se puede elaborar con otros sabores tanto en su interior como en las virutas la variedad puede ser enorme, dependiendo de los gustos de cada uno. Lo que sí es seguro es que este dulce es ideal para fiestas o convites especiales.
Fotos vía; bakarella
